Bogotá 3 de noviembre de 2016
El Superintendente de Industria y Comercio, Pablo Felipe Robledo, instaló este jueves el Congreso de Publicidad y Derecho que organiza la Entidad en Bogotà y que reúne en un solo espacio a expertos y autoridades internacionales en la materia, así como abogados y comunidad académica, para socializar las nuevas prácticas en la autorregulación de la publicidad y los desafíos que debe enfrentar esta industria frente a los nuevos grupos de consumidores.
El Superintendente dio inicio a la jornada recordando la importancia de la ética por parte de quienes ofrecen productos y servicios y que utilizan la publicidad para posicionarlos en el mercado. Así mismo insistió en que el peor peligro de la publicidad es engañar a la gente y defraudar a los clientes.
“La publicidad, se erige como un eslabón en la cadena de valor del mercado, a través de la difusión creativa y honesta de las virtudes de los productos y servicios que circulan en el mercado. Todos merecemos y debemos exigir un comportamiento ético tanto de los empresarios que ponen sus productos en el mercado como de quienes traducen sus ideas y construyen los mensajes publicitarios para vender esos productos” manifestó el funcionario.
Adicionalmente recordó que las prácticas que vulneran el régimen de protección al consumidor, entre ellas de manera especial la publicidad engañosa, afectan gravemente la reputación de los empresarios que incurren en ellas, quienes pierden, seguramente de manera irreparable, la confianza de sus consumidores, lo cual tiene unos efectos económicos nada despreciables.
Pero, además de las consecuencias nefastas que tiene la publicidad engañosa en la reputación de los empresarios que la realizan, lo que ya debería ser un elemento suficiente para disuadir a cualquier empresario de incurrir en este tipo de prácticas, también debe considerarse la alta probabilidad de hacerse acreedor a una sanción por parte del Estado: otro efecto económico significativo.
Justamente, las sanciones que históricamente ha impuesto la Superintendentencia de Industria y Comercio, en un gran porcentaje corresponden a infracción al Estatuto del Consumidor por publicidad engañosa. Al 30 de septiembre de 2016, las multas impuestas por publicidad engañosa ascienden a los 6.500 millones y corresponden al 74% del totalidad de las sanciones que ha impuesto la Delegatura para la Protección al Consumidor.
En el transcurso del primer día del evento, los conferencistas coincidieron en que la autorregulación en materia de publicidad, se trata de reglas voluntarias que trazan los límites que tienen los anunciantes para que sus mensajes no induzcan en error o engañen a los consumidores, cuya transgresión está además respaldada por las facultades coercitivas del Estado.
Señalaron que cuando la industria llega a un estado de madurez para establecer su propio código de monitoreo, alcanza una autorregulación adecuada porque logra que cada empresa cuide su principal activo, que es el valor reputacional que posee y que se comporte a la altura con sus consumidores.
Este viernes 4 de noviembre continuará el Congreso de Publicidad y Derecho abordando temas como los retos de la era millenial para las autoridades de protección al consumidor, consumidores más exigentes con la calidad de los productos y apáticos a las formas tradicionales de publicidad, los youtubers y su efectividad para influir en los hábitos de consumo y las nuevas estrategias digitales entre otros.