- Exija siempre un presupuesto por escrito de lo que le va a costar todo el servicio. Sepa que un funeral conlleva no solo comprar un ataúd o una urna para las cenizas, sino también: el alquiler de una sala en un tanatorio para velar al familiar, la elección del tipo de ataúd, nicho, lápida, sepultura, etc. y de las inscripciones correspondientes, la elección de las telas, la preparación del cuerpo, la climatización de la sala o el embalsamamiento, el alquiler de coches fúnebres y personal, la gestión de documentación, etc.
- En el caso de muerte no natural, sepa que la autopsia no debe pagarla usted.
- Recuerde. No está obligado a contratar todos los servicios con la misma empresa funeraria. Usted puede comprar la corona de flores por un lado y el ataúd por otro. Incluso puede elegir un tanatorio distinto del que le ofrece la funeraria. Sin embargo, suele ser más cómodo dejarlo todo en manos de una sola empresa.
- Infórmese bien sobre la caducidad de los alquileres de nichos y sepulturas y de si, pasado ese tiempo, debe desembolsar otra cantidad de dinero para seguir conservando los restos de su familiar en ese lugar.
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- Reúnase con sus familiares antes de decidir el tipo de servicios que va a contratar. Estúdienlo con calma, en función de las necesidades y de sus condiciones económicas. También, a veces, hablar con alguien que no esté afectado por la situación en ese momento puede ayudar a ver las cosas más objetivamente.
- No se deje llevar por los ofrecimientos que los comerciales le hagan en el mismo momento del fallecimiento de su ser querido. En esa situación usted puede contratar algo de forma impulsiva, aunque no sea lo que realmente desea o necesita.
- Exija siempre que el servicio que le ofrezcan cumpla las condiciones higiénicas necesarias y que el trato sea el adecuado y se ajuste al respeto que merece el momento. Si usted considera que el servicio no se ha realizado correctamente, presente una queja.
- Al finalizar el servicio, pida una factura o recibo. La empresa está obligada a entregársela.
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