Para finales de los años 90’s, se empezó a hablar en varias regiones del país sobre emprendimiento y aunque para muchos el término era nuevo, en otros países ya se estaba trabajando desde hacía varios años. Basta solo con buscar en internet escritos de Joseph Schumpeter, quien, desde la década de los 50’s, definió los términos emprendimiento y emprendedores, y su función en la economía
Para los primeros años del nuevo siglo, se empezó a desarrollar un ecosistema que estimulara y formara emprendedores, además de crear y fortalecer nuevas empresas con visión y mercados globales, altamente innovadoras, con potencial de crecimiento rápido y escalable.
Por la misma época, se empezó a vivir el boom del internet y de las empresas punto com; empresas creadas a partir de ideas altamente disruptivas, cuyo valor estaba representado por el conocimiento y por la capacidad de materializar oportunidades de negocio en modelos altamente escalables a partir de sitios web, además aplicaciones y plataformas tecnológicas. En pocas palabras, el valor de muchas compañías ya no estaba representado en las maquinarias, edificaciones o equipos, sino en activos intangibles.
Los nuevos empresarios se enfrentan actualmente a un mundo altamente competitivo, donde las dinámicas de entrada al mercado y de salida son tan rápidas que no dan tiempo para pensar y evaluar lo que se hizo bien o qué fue lo que falló. Dicha competencia hace obligatorio que se deba pensar en mecanismos para generar barreras de entrada, donde se busca propiciar escenarios que retrasen el mayor tiempo posible, la llegada al mercado de nuevas empresas con productos similares. Para generar dichas barreras, se pueden plantear muchas estrategias; entre ellas, la Protección Intelectual e Industrial, para lo cual es necesario que los empresarios conozcan y apliquen los mecanismos de PI.
Se protege un activo cuando se es consciente del valor de este y se permite utilizarlo, en algunos casos para generar productos y servicios que se llevarán al mercado; en otros casos, el activo protegido es el producto.
La decisión de invertir en la protección de un activo, debe ser la consecuencia de una estrategia organizacional orientada a obtener una rentabilidad en el tiempo, ya que toda inversión en condiciones de mercado, debería generar un beneficio o un retorno económico para los inversionistas; adicionalmente, dicho activo debe ser la respuesta a una necesidad de mercado que demandará el producto o servicio, siempre y cuando genere valor.
Cada vez más, las empresas son más conscientes de la importancia de proteger activos que generan valor para sus clientes, con el fin de salvaguardar por el mayor tiempo posible su conocimiento y valor.
En conclusión, la estrategia es proteger para llevar al mercado; proteger con el fin de aprovechar una oportunidad y solucionar una necesidad del mercado, el cual pagará por dicha solución.
La sugerencia para las empresas desde Tecnnova es pensar siempre en tres elementos claves:
En consecuencia, se recomienda tener en cuenta los siguientes aspectos: